Traducción de Matheus Camargo publicada em julio de 2023 | Texto original en portugués
Alerta Covid-19: texto original de julio de 2020 puede contener información desactualizada!
Fue en marzo cuando se mencionó a Brasil como uno de los países en los que se estaban realizando estudios sobre la eficacia de la hidroxicloroquina, en una de las muchas conferencias de prensa en la Casa Blanca para abordar el tema de la pandemia provocada por el nuevo coronavirus. En aquel momento, debido a un estudio francés que empezaba a ganar fama, se imaginó que el fármaco tuviera buenas posibilidades contra el COVID-19. Dicho estudio ganó todavía más fama, al aparecer en el discurso del presidente de los Estados Unidos repetidas veces, en conferencias de prensa y en Twitter. Como es raro ver a Donald Trump citar a la ciencia, y por el hecho de que se mencionara a Brasil, empecé a seguir la respuesta del mundo científico.
No tardaron en surgir estudios relacionados en todo el mundo, todos en un intento de avanzar en el conocimiento de una posible solución en aquel momento crítico. La urgencia de la pandemia ha destacado una característica de la ciencia moderna: la repercusión de una publicación se amplifica profundamente si hay ramificación internacional.
Un estudio publicado en 2013, en la revista Nature, titulado Collaborations: The fourth age of research, demostró que los artículos científicos firmados por autores de al menos dos nacionalidades diferentes reciben más citas, lo que evidencia la importancia de las redes de investigación internacionales. En ese contexto, el indexador SciELO, desde 2014, fomenta la internacionalización de las revistas brasileñas, ya que “gran parte de la supervivencia y futura relevancia de las revistas de calidad en Brasil dependerá de la inserción activa en el flujo de información científica internacional”, según Abel Laerte Packer en “SciELO e o futuro dos periódicos”.
Esta inserción también depende del idioma de publicación. Para evitar lo que se ha llamado “ciencia perdida en el tercer mundo”, en palabras de Packer, SciELO ha incentivado el aumento de la publicación en inglés y, en 2012, ya había más artículos publicados en inglés que en portugués. La pandemia ha puesto en evidencia esta tendencia. La investigación francesa que llegó a oídos de Trump se publicó en inglés (el artículo se titula Hydroxychloroquine and azithromycin as a treatment of COVID-19: results of an open-label non-randomized clinical trial) y tal vez no recibiría el mismo nivel de atención si hubiera sido publicado en francés.
Los científicos de otras nacionalidades que posteriormente contribuyeron al avance de la investigación sobre el mismo tema también optaron por publicar en inglés. No solo para causar mayor impacto, sino también porque sabían que sus estudios tenían relevancia internacional y publicar en el idioma nacional podría interpretarse como si no la tuvieran.
La mayoría de los autores que busca ayuda en el Centro de Asesoría en Publicaciones Académicas (Capa) de la Universidad Federal de Paraná (UFPR) tienen como objetivo publicar su artículo en una revista de circulación internacional. Solo después de ayudar a los autores a mejorar la versión original en portugués, es que Capa traduce el texto al inglés. Esta dinámica, aunque aceptable, es un síntoma de la falta de inserción internacional: si, desde el principio, hubiesen participado colaboradores internacionales, probablemente los trabajos se habrían escrito en una lengua extranjera.
La pandemia causada por el virus Sars-CoV-2 es un problema mundial. Así que, tal vez, nunca antes en la historia de la ciencia haya quedado más evidente que la investigación no debe limitarse a la particularidad local. Brasil tiene muchos estudios que merecen ser leídos por un público internacional, y es nuestra esperanza ayudar a aumentar la visibilidad de nuestra investigación y también dar a conocer el perfil de nuestros investigadores. Algún día esta crisis pasará, pero la reputación de la investigación brasileña, y las nuevas redes internacionales que puedan formarse a partir de ella pueden permanecer.